A finales de la década del 30 del pasado siglo, entre los logros del sector odontológico se encontraban que el Colegio Odontológico Nacional había establecido un fondo de beneficencia para auxilio de los dentistas y sus familiares, que se encontraran en una penuria económica. Se habían efectuado 4 convenciones y celebrado 56 conferencias en los salones de la sociedad. Además, la compra de un terreno en el Cementerio Colón.(6)

El 21 de abril de 1939 el Arzobispo de La Habana Excelentísimo Monseñor José Manuel Dámaso Ruíz y Rodríguez, le vende al Colegio Odontológico de La Habana una parcela de tierra en la Necrópolis Cristóbal Colón. La venta se efectuó a un precio de $350.00 de los cuales dicha organización culminó el pago el 17 de abril de 1941 abonando un total de $382.80 de su valor en el cual estaban referidos los intereses por los pagos a plazo (Fig. 2).

Posterior a la compra del terreno se comenzó la construcción del panteón, que el mismo año de 1939 quedó concluido.

El panteón está ubicado en el Cuartel Sur-Oeste (SO), Cuadro No. 6 de la Zona de Monumentos de Tercera, marcada con el No. 22361 de la dirección facultativa de dicho cementerio. Su vértice NE está a 66,20 m y 10,50 m, respectivamente de los ejes de las calles que limitan dicho cuadro al NE y mide 7 m de Este a Oeste x 4 m de ancho, para una superficie total de 28 m2.

Consta de seis bóvedas ubicadas en dos filas de tres bóvedas cada una y dos osarios ubicados en el extremo superior de las dos columnas de bóvedas exteriores. En el centro y por detrás de los osarios se erige un monumento de dos columnas estrechas y una ancha en el medio donde está, a sobre relieve, el escudo del Colegio Odontológico de La Habana y el nombre de dicha institución debajo de este (Fig. 3).

Los mármoles empleados para su construcción fueron obtenidos a través de "Mármoles Pennino", empresa liderada por Giuseppe Pennino desde principios del siglo XX y hasta inicios de la década del 60. Esta comercializadora vendió mármoles para la construcción de los suelos y algunas columnas del Capitolio de La Habana, el Centro Asturiano, el Monumento a Máximo Gómez, el Monumento al doctor Alfredo Zayas, a otros panteones y tumbas monumentales del Cementerio Colón y residencias, museos, grandes empresas y otras edificaciones de Cuba.(7)

Las inhumaciones tuvieron comienzo el 14 de enero de 1940 con el cadáver de Florencio Alemany Rausell. Posteriormente fueron sepultados Juan Vega, Estrella Perdomo Artiles y Ana Lorenza Varona y Rosello, por solo mencionar algunos (Fig. 4). Como documento adicional a esta investigación existe una base de datos en la que se encuentran los registros de los fallecidos inhumados y exhumados en el panteón desde el comienzo de su funcionamiento hasta la fecha.

A partir de julio de 1944 ocupan el cargo de Presidente y Tesorero Director del panteón los doctores Adalberto García Pujol y Ramón Gualda Royo respectivamente, quienes se encargarían de la administración de este (Fig. 5).

El 17 de octubre de 1961, años más tarde al Triunfo de la Revolución, se emite por el Gobierno Municipal Revolucionario de La Habana un nuevo título de propiedad del terreno del panteón del Colegio Estomatológico de La Habana. Esto se debió a que todos los propietarios de terrenos en dicha necrópolis tuvieron que acreditar sus propiedades para ser renovadas por la nueva administración. El Interventor-Administrador en ese momento se llamaba Pablo Cardallez (Fig. 6).

En los últimos cinco años el panteón ha sufrido deterioro y ha sido víctima de vandalismos. Las cubiertas de mármol de las bóvedas 3, 4, 5 y 6 han sido sustituidas por tapas de granito corriente. Algunos lugares de la estructura están fracturados, mohosos y existen jardineras de ofrendas florales de personas que tal vez ya no se encuentren ni en los osarios del panteón. (Fig. 7, A y B).

Otro aspecto que no podemos dejar de tratar es el de las inhumaciones de los últimos tiempos. La estomatología cubana ha sufrido la pérdida de profesionales que en el momento de su deceso habían aportado con su quehacer diario ejemplo y buenas prácticas para con el gremio que hubieran merecido ser sepultados en nuestro panteón.

El nombre del representante del Colegio Odontológico de La Habana al que le fue vendido el terreno para la construcción del panteón, el arquitecto o diseñador que diseñó el monumento, la fecha de inicio y culminación de la construcción del panteón y el nombre del escultor que hizo el escudo grabado en la columna central de este, aún se desconocen por no existir evidencia documentada al respecto.