Retos y posibilidades en la disminución de la mortalidad por cáncer bucal

EDITORIAL

 

Retos y posibilidades en la disminución de la mortalidad por cáncer bucal

 

Challenges and possibilities in the reduction of mortality due to oral cancer

 

 

 


 

En Cuba el cáncer se ha ubicado como primera causa de muerte desde el año 2012 (Fig. ). Ha desplazado a las enfermedades cardiovasculares y nos ha sometido al desafío de cambiar este panorama. Esta tarea no es responsabilidad solo del Ministerio de Salud Pública, sino de todos; de la población con su auto cuidado, de las organizaciones territoriales, de los medios de comunicación, del comercio, de la agricultura. Por tanto este reto hay que enfrentarlo de manera integral.

 

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El cáncer bucal es la sexta causa de muerte más común entre todos los cánceres del mundo. En Cuba se encuentra entre los 10 más comunes en el hombre, que no ha escapado a la tendencia creciente de mortalidad por esta enfermedad y mientras no se encuentre la estrategia más correcta, prevenir es la elección.

Debemos encaminar nuestros esfuerzos a la prevención en todas sus vertientes como son: la educación, promoción de salud, el diagnóstico de trastornos potencialmente malignos y la detección en sus primeros estadios. Ello conlleva aplicar los tratamientos más adecuados y rehabilitar a los pacientes.

Con respecto a la educación, se deben buscar los mecanismos más efectivos para motivar adecuadamente a las personas a que se realicen el autoexamen bucal y se vuelva una práctica habitual en las familias. Educar con el ejemplo con relación a los factores de riesgo, insistiendo en el incorrecto hábito de fumar y en la importancia de una dieta adecuada.

La boca tiene una localización muy privilegiada. El estomatólogo dentro de su trabajo tiene que realizar un examen minucioso y ordenado de la boca y detectar cualquier alteración, tratarla o remitir al paciente al especialista que corresponda, es primordial y para ello no se necesitan recursos adicionales.

Es una necesidad humanitaria evitar que una persona tenga un cáncer bucal, porque evitamos deformaciones y sufrimientos para la persona y para su familia. Si lo vemos dentro del ámbito económico, estos tratamientos son muy costosos para el país. Desde lo social repercute, porque si el individuo modifica sus características funcionales y síquicas deja de aportar a la sociedad y trae también implicaciones en la economía familiar.

El reto está, en modificar actitudes a pesar del envejecimiento poblacional. Confiamos en las posibilidades de lograr disminuir la mortalidad por cáncer bucal con el esfuerzo de todos, aplicando los adelantos científicos que están al alcance de toda la población y movilizando todos los factores de la sociedad.

 

Dra. JOSEFA DOLORES MIRANDA TARRAGÓ

Facultad de Estomatología de La Habana
Máster en Salud Bucal Comunitaria
Profesora Titular y Consultante
Especialista de II Grado en Oncología