ARTÍCULO ORIGINAL
Prevalencia de enfermedades pulpares y periapicales en pacientes geriátricos: Mérida, Yucatán, México
Prevalence of pulpal and periapical disease among geriatric patients in Mérida, Yucatán, Mexico
Celia Elena del Perpetuo Socorro Mendiburu Zavala,I Salvador Medina-Peralta,II Hernán Humberto Peraza DorantesIII
I Facultad de Odontología de
la Universidad Autónoma de Yucatán. México.
II Facultad de Matemáticas de
la Universidad Autónoma de Yucatán. México.
III Práctica privada.
RESUMEN
Introducción: las consideraciones
médicas, psicológicas y biológicas en la población de personas
mayores es una responsabilidad social que todo profesional deberá atender
con sumo cuidado, ya que este grupo etario es más susceptible a presentar
diversas enfermedades, entre las que se encuentran las pulpares y las periapicales.
Objetivo: determinar la prevalencia de enfermedades pulpares y periapicales
en pacientes de 60 y más años de edad en pacientes geriátricos
de la Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Yucatán,
México.
Métodos: estudio descriptivo, prospectivo,
transversal y observacional. El universo estuvo constituido por los pacientes
que acudieron a la Clínica de Admisión de la Facultad de Odontología
de la Universidad Autónoma de Yucatán, México durante el periodo
comprendido de agosto a diciembre de 2012. La muestra fue de 74 paciente de
60 y más años de edad, con alguna afección pulpar o periapical,
que aceptaron participar en el estudio. Se les realizó: entrevista por
medio de un formulario de historia odontológica que permitió al paciente
describir su experiencia de dolor de un modo organizado, breve y descriptivo;
examen clínico y pruebas pulpares: térmicas, percusión y palpación;
estudio radiográfico. Se utilizó estadística descriptiva y pruebas
chi cuadrado.
Resultados: se revisaron 108 órganos
dentarios. El 41,67 % (n= 45) presentó patologías pulpares: 22,22
% (n= 10) pulpitis reversible, 57,78 % (n= 26) pulpitis irreversible y 20 %
(n= 9) necrosis pulpar. El 58,33 % (n= 63) patologías periapicales: 42,85
% (n= 27) periodontitis apical aguda, 15,87 % (n= 10) periodontitis apical crónica,
1,58 % (n= 1) quiste apical, 27 % (n= 17) absceso apical agudo y 12,70 % (n=
8) absceso apical crónico.
Conclusión: no se obtuvo diferencias
significativas entre el número de dientes que presentaron enfermedades
pulpares y el número de dientes que presentaron enfermedades periapicales
en este grupo etario.
Palabras clave: persona mayor, patologías pulpares, patologías periapicales.
ABSTRACT
Introduction: medical, psychological and
biological factors should be carefully considered by health professionals when
dealing with elderly patients, for this age group is more prone to a number
of conditions, among them pulpal and periapical disease.
Objective: determine the prevalence of pulpal and periapical disease
among patients aged 60 and over attending the School of Dentistry of the Autonomous
University of Yucatán, Mexico.
Methods: a descriptive cross-sectional observational prospective study
was conducted. The study universe was composed of the patients attending the
Outpatient Clinic at the School of Dentistry of the Autonomous University of
Yucatán, Mexico, from August to December 2012. The sample was 74 patients
aged 60 and over with some pulpal or periapical condition who accepted to participate
in the study. An interview was conducted based on a dental history form allowing
patients to describe their pain experience in a brief, descriptive, organized
manner. Clinical examination was performed, as well as pulpal tests: thermal,
percussion and palpation, and a radiographic study. Analysis was based on descriptive
statistics and chi square tests.
Results: 108 dental organs were examined. 41.67 % (n= 45) presented the
following pulpal pathologies: reversible pulpitis 22.22 % (n= 10), irreversible
pulpitis 57.78 % (n= 26) and pulp necrosis 20 % (n= 9). 58.33 % (n= 63) presented
the following periapical pathologies: acute apical periodontitis 42.85 % (n=
27), chronic apical periodontitis 15.87 % (n= 10), apical cyst 1.58 % (n= 1),
acute apical abscess 27 % (n= 17) and chronic apical abscess 12.70 % (n= 8).
Conclusion: no significant differences were found between the number
of teeth with pulpal disease and the number of teeth with periapical disease
in this age group.
Key words: elderly person, pulpal pathologies,
periapical pathologies.
INTRODUCCIÓN
Se ha observado a nivel mundial una tendencia sostenida al incremento de la esperanza de vida al nacer y un aumento porcentual de la población de 60 y más años de edad. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2002 hubo en el mundo 600 millones de personas mayores de esa edad, cifra que se duplicará en el año 2025, y para el año 2050 podrían llegar a los 2 billones de personas, la mayoría de ellos vivirían en países desarrollados. Internacionalmente se ha definido “persona mayor” a toda persona que ha cumplido 60 años, sin diferencia entre hombres y mujeres.1
La población está viviendo un proceso de transición demográfica hacia el envejecimiento: en 100 años la población total y la de menores de 60 años aumentarán casi 5 veces; la población mayor de 60 años crecerá 7 veces y medio, y se estima que hacia el año 2034 la cantidad de personas mayores igualará a la cantidad de menores de 15 años.1 En el Estado de Yucatán, México la población de personas mayores fue de 197,513 según el Censo de Población y Vivienda 2010, lo cual produjo una mayor demanda de procedimientos dentales. La prevalencia de lesiones dentales que afectan al ser humano favorece la alta frecuencia de enfermedades pulpares y periapicales.2
Desde un punto de vista subjetivo, el signo principal de enfermedad pulpar y periapical es la experiencia del dolor.3 Los dientes son una fuente de dolor y mecanosensibilidad de umbral bajo. El contacto ligero, soplos de aire, o algún estímulo débil aplicado en la dentina expuesta provocan un dolor dental agudo, profundo y molesto. En 60 % de los casos el paciente no puede localizar el origen del dolor4 y suele referirse a “dolor de diente”.5
Para establecer un diagnóstico correcto de la patología que presenta el paciente, se trata de provocar o extinguir los síntomas ocasionados por el dolor. El dolor pulpar se presenta desde una sensibilidad ligeramente aumentada a cambios de temperatura intraoral, hasta dolor muy intenso, casi insoportable, generalmente viene en forma de ataques a menudo provocados por alimentos fríos o calientes. Una vez retirado el estímulo, el dolor persiste por lapsos de tiempo muy variados. Se describe como profundo, sordo y pulsátil,3,4 este último se da por el aumento de presión sobre la pulpa inflamada.5 Otro indicio del posible origen pulpar del dolor es su intensidad. Para calibrar el dolor se utiliza una escala de 0 a 10. El 0 corresponde a la ausencia de dolor y el 10 al dolor más intenso imaginable.5 Se pide al paciente que refiera el número que él/ella considere sea la intensidad del dolor y la frecuencia con que se presenta, sea constante, momentáneo, intermitente u ocasional.5,6
La pulpa dental inicia el mecanismo de defensa ante cualquier tipo de etiología, inicialmente la reacción es local y circunscrita (pulpitis reversible). El mecanismo inflamatorio continúa si no se elimina el estímulo nocivo (pulpitis irriversible), y lentamente se va destruyendo el paquete vasculo-nervioso.7 Desde la perspectiva microbiológica, después de la muerte pulpar (necrosis pulpar) de los conductos radiculares, el diente se vuelve vulnerable y susceptible a la colonización de microorganismos que habitan en la cavidad oral. En la relación patológica entre la región apical y el tejido pulpar, destacan las bacterias, hongos y componentes celulares, estos pueden dar lugar a un proceso inflamatorio de los tejidos periapicales que se afectan gradualmente a través de la resorción; se producen así, las patologías periapicales (periodontitis apical aguda, periodontitis apical crónica, quiste apical, absceso apical agudo, absceso apical crónico, pulpitis hiperplásica, y osteítis condensante).7
Las consideraciones endodónticas en la población de personas mayores son las mismas que se tiene en cuenta en las personas jóvenes; se exceptúan algunas diferencias relacionadas con aspectos biológicos, médicos y psicológicos, y con ciertas complicaciones del tratamiento endodóntico en sí mismo. Es muy probable que la dentición del paciente geriátrico haya experimentado años de enfermedad dental y de restauraciones, por eso, existe un impacto adverso en la pulpa y consecuentemente, en los tejidos periradiculares.8
Un estudio realizado por Mendiburu y otros (2008), en las clínicas de la Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Yucatán, México (FOUADY) con un grupo etario de 60 y más años de edad sobre la prevalencia y causas de enfermedad pulpar, se pudo determinar que 63 % de la población geriátrica presentaba alguna afección pulpar, y la causa mayor fue la caries radicular (55 %).9
El objetivo fue determinar la prevalencia de patologías pulpares y periapicales en pacientes de 60 y más años de edad que acudieron a la Clínica de Admisión de la FOUADY, México durante el periodo comprendido de agosto a diciembre de 2012.
MÉTODOS
El tipo de estudio fue descriptivo, transversal, prospectivo y observacional. Entre las variables se incluyeron: clasificación según Torabinejad y Walton6, de enfermedades pulpares (pulpitis hiperplásica, pulpitis reversible, pulpitis irreversible y necrosis pulpar), y periapicales (periodontitis apical aguda, periodontitis apical crónica, quiste apical, absceso apical agudo, absceso apical crónico, y osteítis condensante), órgano dentario, edad y sexo. La muestra fue no probabilística por conveniencia. Se estudió a 74 pacientes. Los criterios de inclusión fueron: pacientes de 60 y más años de edad diagnosticados con alguna enfermedad pulpar o periapical, tanto hombres como mujeres. Se excluyeron los pacientes que presentaron alguna enfermedad neurológica que no permitiera la toma de radiografías, y los edéntulos totales.
Se obtuvo consentimiento informado y voluntario (impreso), el cual fue firmado o signado con la huella digital del paciente —atendiendo a los preceptos éticos y bioéticos de los principios de Helsinki—;10 Se realizó entrevista por medio de un formulario de historia odontológica que le permitió al paciente describir su experiencia de dolor de un modo organizado, breve. Se anotaron los datos demográficos, el tipo de dolor que refirió, así como la intensidad —escala numérica (EN) del 0 al 10, donde 0 es la más baja y el 10 la más alta—, calidad y frecuencia con la que se presentó el dolor. Se efectuó el examen clínico, siguiendo la Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSA2-199411 —el operador utilizó guantes, gorro y cubrebocas desechables, instrumental estéril, bata clínica, lentes— y se efectuaron pruebas pulpares como las térmicas, percusión y palpación.12 También se realizó estudio radiográfico siguiendo la Norma Oficial Mexicana, NOM-157-ssa1-199613 —salud ambiental, protección y seguridad radiológica en el diagnóstico médico con rayos X; se invitó al paciente a sentarse en el sillón del equipo de rayos X y se le colocó un mandil de plomo—. La toma radiográfica de los órganos dentarios sospechosos de alguna afección pulpar o periapical, se ejecutó con películas periapicales tamaño 3 × 4 cm (número 2) KODAK INSIGHT (KODAK, EU) con la técnica de bisectriz con o sin el uso del soporte de película EEZEE GRIP (Densply), según necesidad de los pacientes. Las radiografías se procesaron, secaron, almacenaron en sus micas debidamente etiquetadas; se evaluaron e interpretaron frente a un negatoscopio. Se anotó el resultado diagnóstico en un cuadro clasificado con las enfermedades pulpares y periapicales según Torabinejad y Walton.6 Se anexó la película radiográfica al documento antes elaborado y se apartó en una carpeta tamaño carta.
Los resultados se describieron con gráficas y medidas como el promedio y la frecuencia relativa (porcentajes). Se utilizó la prueba chi cuadrado de bondad de ajuste para dos categorías con la corrección de Yates,14 para comparar el número de órganos dentarios entre patologías. Y por medio de la prueba chi cuadrado de independencia,14 se analizó si el tipo de patología se relacionaba con los grupos de edades estudiadas. Las pruebas se consideraron significativas cuando P< 0,05.
RESULTADOS
El rango de edad fluctúo entre un mínimo de 60 y un máximo de 85 años, con un promedio de 72,5 años. Fueron tomadas 91 radiografías periapicales a los órganos dentarios donde el paciente refirió dolor y se sospechó de alguna patología pulpar o periapical.
Ciento ocho órganos dentarios fueron evaluados. El 41,67 % (n= 45) exhibió patologías pulpares (Fig. 1) y 58,33 % (n= 63) patologías periapicales (Fig. 2).
De las enfermedades pulpares la que más prevaleció fue la pulpitis
irreversible (57,78 %); no hubo ningún diente con pulpitis hiperplásica.
Entre las enfermedades periapicales, la de mayor prevalencia fue la periodontitis
apical aguda (42,85 %; n= 27); no hubo ningún diente con osteítis
condensante. El órgano dentario más afectado por las patologías
pulpares fue el 3,6 (n= 6); 3 por pulpitis reversible y 3 por pulpitis irreversible;
las patologías periapicales afectaron en mayor cantidad al órgano
dentario 1,2 (n= 5); 2 periodontitis apical aguda, 2 periodontitis apical crónica
y 1 absceso apical agudo, y el órgano dentario 2, 1 (n= 5); 3 periodontitis
apical aguda, 1 quiste apical y 1 absceso apical agudo.
Por otro lado, no se obtuvieron diferencias significativas entre el número de dientes que presentaron enfermedades pulpares y el número de dientes que presentaron enfermedades periapicales (X2= 2,6759, P= 0,1019). El rango de edad más afectado por las patologías pulpares fue el de 64 a 67 años (33,3 %; n= 15), y el de las patologías periapicales fue de 60 a 63 años (39,68 %; n= 25). Los rangos de edad menos aquejados fueron los de 80 a 83, y de 84 a 87 años, en los cuales no se presentaron patologías pulpares, y los de patologías periapicales fueron los de 80 a 83, y 84 a 87 años, con 2 órganos dentarios afectados (3,07 %), respectivamente. Sin embargo, el tipo de patología no dependió de los grupos de edades estudiados, (X2= 0,3512; P= 0,9501).
DISCUSIÓN
Quiñones (2000), en su estudio realizado en una población de Cuba, refiere que de las enfermedades periapicales la que más prevaleció fue el absceso periapical agudo (86,6 %) en un grupo de edad de 35 a 48 años.15 En otro estudio sobre patologías periapicales realizado por Fernández y otros, en el año 2012, en Cuba en una población adulta entre 19 y 59 años, se reporta que el absceso periapical agudo tiene una prevalencia de 84,7 %, y que el rango de edad más afectado fue de 15 a 34 años.16 Esta investigación difiere, en cuanto a la edad, del estudio efectuado en la FOUADY en la cual la periodontitis apical aguda es la enfermedad que más afectó a los pacientes geriátricos, el absceso apical agudo quedó en segundo lugar. Según los rangos estudiados, el más afectado por esta enfermedad es el de 60 a 63 años de edad. En una población cubana mayor de 19 años, un estudio realizado acerca de las enfermedades pulpares por Gómez-García (2009),17 se obtuvo que la pulpitis reversible era la de mayor frecuencia (68,3 %); entre las patologías periapicales la que más prevaleció fue el absceso alveolar agudo (89,5 %). Este resultado es semejante al estudio de Fernández, Rodríguez y Pérez (2012). El rango de edad más afectado es el de 33 a 45 años.17 Ambos estudios se hicieron en sujetos jóvenes o adultos, a diferencia del presente estudio que se realizó en el grupo etario de personas mayores, lo cual podría explicar la diferencia de las enfermedades presentadas.
En una Clínica Hospital Coatzacoalcos de Petróleos Mexicanos (México) en el período de enero 2009 a marzo 2010, se atendieron 266 pacientes (en la clínica de endodoncia), entre los cuales la patología más frecuente es la pulpitis irreversible (46,61 %; n= 124), seguida de periodontitis apical crónica (34,58 %; n= 92), necrosis pulpar (9,77 %; n= 26), absceso periapical con fístula (6,39 % n= 17), y del absceso periapical sin fístula (2,63 %; n= 7). Estos resultados concuerdan con el presente estudio atendiendo a que los pacientes muestran también, más frecuentemente, pulpitis irreversible.18
No se obtuvieron diferencias significativas entre el número de dientes que presentaron enfermedades pulpares y el número de dientes que presentaron enfermedades periapicales. Asimismo, el tipo de patología no dependió de los grupos de edades estudiados.
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Recibido: 22 de enero de 2015.
Aprobado: 6 de febrero de 2015.
Celia Elena del Perpetuo Socorro Mendiburu
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