Sobre la odontología en Colombia durante la COVID-19

Señora Editora:

La atención odontológica ha disminuido drásticamente desde que se adoptaron las medidas de aislamiento preventivo por el estado colombiano en virtud de la pandemia por COVID-19. Ante el evidente riesgo al que se ven sometidos los profesionales de la salud oral debido al potencial contacto con secreciones bucales, se implementó por varios meses el cierre colectivo de la consulta odontológica.1

Posteriormente, para flexibilizar la atención y amortiguar los efectos económicos y de salud, se optó por el aplazamiento de tratamientos estéticos (diseños de sonrisa, blanqueamientos, ortodoncia, implantes, entre otros.), para priorizar aquellos que demandan urgencia, tales como hemorragia, dolor agudo, avulsión dentaria y abscesos odontogénico.

El estricto manejo de protocolos de bioseguridad en la atención odontológica antes de la COVID-19 fueron eficaces en la consulta para pacientes VIH-positivos, herpes, hepatitis, influenza, candidiasis y muchas otras enfermedades bacterianas, micóticas y virales, reportando bajos índices de contagio por contaminación cruzada.2 Hoy en día estas condiciones frente al coronavirus no son suficientes y han exigido nuevas normas y protocolos.3

Los efectos de la cuarentena en los cerca de 60 000 odontólogos del país han sido desastrosos. La Federación Odontológica Colombiana calcula pérdidas cercanas a los 700 000 000 de pesos y alrededor 300 000 pacientes desamparados,4 razón por la que reclamaron ayudas económicas al gobierno y la participación en la elaboración de protocolos de bioseguridad específicos para la práctica. A tales efectos, en agosto del 2020, el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia publicó los Lineamientos, Orientaciones y Protocolos para enfrentar la COVID-19 en Colombia, acuerdo general sobre las medidas de bioseguridad.4

Más allá de los relatados problemas de la COVID-19, la crisis sanitaria ha suscitado una reflexión acerca del futuro de la odontología que puede resumirse en cinco puntos:5

  • Odontólogos e higienistas orales pueden ser integrados a un sistema de atención más amplio, esto es, prestar servicios de salud de primera línea más allá de los vinculados a la práctica odontológica habitual.

  • Sistemas de atención odontológica deben priorizar las necesidades de poblaciones locales y grupos vulnerables (marginados, bajos ingresos y con múltiples comorbilidades).

  • Se debe reorientar la atención odontológica hacia un abordaje menos invasivo y más preventivo en el que equipos multidisciplinares trabajen para evitar la aparición de enfermedades orales, así como para abandonar tratamientos ineficaces e innecesarios (por ejemplo: reemplazo de amalgamas bien adaptadas).

  • Protocolos de manejo deben seguir empleándose por varios meses más a fin de minimizar la posibilidad de rebrotes, aunque el pico de la infección haya pasado.

  • Implementación permanente de teleconsultas odontológicas para guiar el diagnóstico y tratamiento de casos sospechosos.

  • Se insta a odontólogos y profesiones relacionados a no bajar la guardia frente a la pandemia y cogitar acerca del papel de la odontología pospandemia.

Notas al pie:
  • 1

    Los autores declaran que no tienen conflicto de intereses.

Referencias bibliográficas
Historial:
  • » Recibido: 27/10/2020
  • » Aceptado: 03/11/2020
  • » Publicado : 26/07/2021